Probablemente tiene menos que ver con la biología evolutiva que con la dieta y el estilo de vida.
Los asiáticos orientales tienden a tener una dieta alta en verduras frescas, fruta y pescado combinado con un alto nivel de actividad física.
Además, hasta hace relativamente poco tiempo, el consumo de grasa y azúcar no saludables era más bajo en comparación con el mundo desarrollado.
Estos factores tienden a retrasar el proceso de envejecimiento.