Comparten la misma definición, pero el término epidemia generalmente se usa para brotes más extendidos de enfermedades en una comunidad.
Solía haber una regla general por la cual una persona de cada mil tendría que sucumbir a una enfermedad antes de que pudiera llamarse una epidemia, pero dado que muchas condiciones siempre tienen una incidencia mayor que la que se ha descartado en gran medida.
Básicamente, ambos términos significan un aumento notable en la incidencia informada, o la incidencia percibida, de un conjunto particular de síntomas (o un diagnóstico particular).