Solo se ve que el ADN codificante tiene una correlación de rasgo de código directo, pero las áreas reguladoras del ADN son vitales para la vida. Sin estas secuencias genéticas reguladoras no codificantes, no sobreviviríamos, y la muerte sería observable.
El 98% de nuestro genoma no es codificante, con solo un 2% de transcripción en ARNm. Las porciones reguladoras del ADN representan aproximadamente el 20%. Un total del 50% del genoma humano es claramente segmentos LINE, secuencias genéticas vestigiales largas con funciones conocidas pero no activadas actualmente. Alrededor del 8% del genoma humano son segmentos repetidores cortos de datos no codificados, pero reconocibles y algunos virus conservados, codones de parada y inicio y telómeros.
Eso deja el 20% de nuestro ADN del que el proyecto ENCODE aún no está seguro, pero el proyecto aún solo ha investigado un pequeño porcentaje de nuestros tipos de células y factores de transcripción. Los datos faltantes provienen principalmente del desarrollo embrionario, pero es una apuesta segura que un buen 99% del genoma humano sea funcional o potencialmente funcional.
Algunos de los rasgos vestigiales pueden aparecer de vez en cuando cuando son activados por un gen maestro. Por ejemplo, ocasionalmente un humano nace con cola o branquias. Entonces, técnicamente, los rasgos son observables en esos raros casos, lo que aumentaría el porcentaje en una respuesta precisa a su pregunta.
En su mayor parte, sin embargo, la respuesta a su pregunta es cero. Por definición, para tener un rasgo observable, la información debe codificarse haciendo proteínas para una tarea.
