Nuestro cuerpo es en realidad capaz de generar electricidad, y esta capacidad es una parte clave para lograr una buena salud. La electricidad permite que nuestro sistema nervioso envíe señales a nuestro cerebro. Estas señales son en realidad cargas eléctricas que se envían de una celda a otra, lo que permite una comunicación casi instantánea.
Los mensajes que se realizan a través de señales eléctricas en nuestro cuerpo son responsables de controlar el ritmo de los latidos de nuestro corazón, el movimiento de la sangre alrededor de nuestro cuerpo y mucho más.
Nuestro reloj biológico incluso usa actividad eléctrica para ayudar a mantener nuestros ritmos circadianos en orden.
Somos, simplemente, un ser eléctrico. Si la actividad eléctrica se detiene en nuestro cuerpo, no podremos sobrevivir.