Legalmente, un proveedor privado no puede rechazar a un posible paciente si la ley lo prohíbe (incluida la Ley de Derechos Civiles o la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, si el médico acepta fondos federales, incluidos Medicare o Medicaid) o mediante su contrato con su empleador o compañía de seguros. Sin embargo, la mayoría de las jurisdicciones de los EE. UU. No prohíben explícitamente a los médicos discriminar por motivos políticos. Si el médico y el paciente tenían una relación preexistente, el médico no puede terminar la relación sin avisar por escrito o ayudar a encontrar un reemplazo, especialmente si el paciente tiene una enfermedad crónica. Los hospitales y las ambulancias deben brindar atención de emergencia a todos, independientemente de su ciudadanía, capacidad de pago o cualquier otro criterio.
Su pregunta parece ser más normativa (“debería”), que legalista (“puede”). La Asociación Médica Estadounidense afirma que los médicos no deben permitir que sus diferencias con pacientes o familiares sobre asuntos políticos interfieran con la atención profesional, pero las opiniones de la AMA no tienen nada que ver. No soy bioético, pero creo que la mayoría de los grupos profesionales fruncirían el ceño a un médico que se niega a aceptar nuevos pacientes únicamente por sus creencias políticas.