El colesterol se puede excretar a través de la sudoración y la producción de hormonas sexuales (como el estrógeno), que pueden oxidarse y excretarse en la orina. Sin embargo, la principal vía de eliminación del colesterol es a través de la síntesis y la excreción de ácidos biliares y sales biliares. El colesterol se oxida y modifica ampliamente en el hígado y se conjuga con glicina o taurina para formar sus respectivas sales biliares.
La bilis se compone de estas sales biliares y puede secretarse en el canalículo biliar, que finalmente conduce a la vesícula biliar, donde se almacena. La bilis se secreta en el tracto digestivo cuando se come, ya que ayuda en la digestión de las grasas de la dieta. La bilis puede ser reabsorbida o recuperada por el hígado para su reciclaje. Si la bilis no se reabsorbe, se excreta en las heces.
Por lo tanto, la mayoría del colesterol sale del cuerpo a través del colon, principalmente en forma de bilis.