En mi opinión, el sistema digestivo de los rumiantes (de bovinos, caprinos, ovinos, jirafas, camellos, lamas, etc.) es bastante interesante. Comen plantas y luego las fermentan usando sus estómagos que constan de 4 compartimentos [1]:
A medida que la comida está fermentando, la regurgitarán, la masticarán nuevamente (bolo alimenticio) y la tragarán nuevamente. Las fibras de las plantas y las proteínas se descomponen con la ayuda de microbios.
Otra razón por la que es tan interesante es porque la digestión animal de los rumiantes en realidad contribuye al efecto de los gases de efecto invernadero. La hidrólisis de la celulosa durante la fermentación y la digestión da lugar a azúcares que posteriormente se fermentan a metano y dióxido de carbono, entre otras cosas (butirato, propionato, etc.). El metano tiene 23 veces el potencial de calentamiento del dióxido de carbono y se estima que su producción por parte de animales rumiantes es del 15-20% de la producción mundial [2,3].
[1] Rumiantes en Wikipedia
[2] Cicerone, RJ y RS Oremland. 1988 “Aspectos biogeoquímicos del metano atmosférico”
[3] Yavitt, JB 1992. Metano, ciclo biogeoquímico. Páginas 197-207 en Encyclopedia of Earth System Science, vol. 3. Acad.Press, Londres, Inglaterra.