Experimentar los síntomas después de donar sangre como náuseas, mareos, estado de confusión, debilidad, cansado son comunes. Esto se debe a que cuando una persona dona su sangre, se pierde la porción vital de hierro, azúcares y proteínas que constituyen la sangre donada.
Como resultado de esto, la presión arterial desciende un poco. Esta condición hipovolémica disminuye la perfusión al cerebro, lo que priva al cerebro de glucosa y oxígeno. Esta es una de las principales razones por las cuales la persona está cansada o aturdida.
Sin embargo, esto se siente por un período de tiempo después del cual el cuerpo compensa la porción perdida de sangre.