En la mayoría de los casos, la respuesta es clara cuando ves lo que hacen las células. Un buen ejemplo son las células de absorción del intestino delgado.
La parte superior de la imagen de la derecha es donde se encuentra la luz del intestino, y la parte inferior es donde se encuentra el suministro de sangre. La celda está “polarizada”, es decir, tiene distintos extremos. El lado que mira hacia el lumen está muy doblado, formando un “borde en cepillo” para aumentar el área de superficie para la absorción. También tiene enzimas que completan la digestión de carbohidratos y grasas, y todos los transportadores activos necesarios para llevarlos a la célula. El otro extremo de la célula tiene transportadores pasivos especializados para liberar monosacáridos y aminoácidos en la sangre.
La célula también está diseñada para absorber los productos de la digestión de la grasa desde la luz, sintetizar los triglicéridos, desde ellos en la sala de emergencias, empaquetar la grasa como quilomicrones y secretar estos por el otro extremo en la linfa.
Esto es solo una parte de la historia. La célula tiene transportadores de minerales y vitaminas, ubicados estratégicamente.
Observe cómo la célula también tiene una forma tal que puede compactarse fuertemente contra sus vecinos, formando una barrera impenetrable contra el flujo libre de nutrientes y bacterias desde el intestino hacia el torrente sanguíneo. Las brechas son lo suficientemente grandes como para permitir que el agua fluya entre ellas, lo que es importante en la absorción del agua que bebemos y en la regulación del contenido de agua del intestino.
Entonces, la forma de esta celda tiene mucho sentido cuando ves su función.