El cerebro humano se está adaptando más de lo que está evolucionando cuando buscamos demostraciones de mejora. Nos adaptamos a los cambios externos que ocurren de forma gradual y lenta a nuestro alrededor. Con el tiempo, los humanos hemos trabajado para reducir el impacto del medio ambiente creando formas de limitar la necesidad de cambio: vestimenta, hábitat con calefacción central o aire acondicionado, preservación de alimentos más allá de la descomposición natural, trucos y dispositivos ahorrando gasto de energía muscular.
No hay evidencia científica de que el cerebro humano haya cambiado considerablemente durante siglos porque ningún cerebro ha sobrevivido al efecto del tiempo. Los huesos pueden calcificarse y convertirse en roc o impresiones en roc, los cerebros se licúan y desaparecen poco después del entierro. Cuando los historiadores hablan de nuestra existencia durante millones de años, podemos preguntarnos si nuestro estado actual concuerda con una mejora de la especie humana.
La evolución implica o sugiere una mejora en el tiempo por lo que sería razonable adherirse a la idea de que los hombres están haciendo más y mejor en comparación con el pasado. Este es un concepto ampliamente abierto a la discusión.
