Estoy seguro de que algunos de ustedes se preguntarán: “Si la repulsión de electrones nos impide tocar algo realmente, ¿por qué percibimos el tacto como una cosa real?” La respuesta se reduce a cómo nuestros cerebros interpretan el mundo físico.
En este caso, hay varios factores en juego. Las células nerviosas que componen nuestro cuerpo envían señales a nuestro cerebro que nos dicen que estamos físicamente tocando algo, cuando la sensación del tacto simplemente nos es dada por la interacción de nuestro electrón, es decir, su repulsión por el campo electromagnético que permea el espacio tiempo (las ondas de electrones medianas se propagan a través de).