Si una solución se clasifica como hipotónica, debe haber otra solución con mayor presión osmótica, que se clasificará como hipertónica.
La presión osmótica ([math] \ pi [/ math]) se puede calcular de la siguiente manera:
[math] \ pi = [/ math] [] [math] .RT [/ math], donde R es la constante del gas, T es la temperatura en Kelvin y [] es la concentración molar (cantidad de moles de soluto en uno litro de la solución). La concentración molar será el elemento clave aquí, ya que es la razón por la cual una solución de presión osmótica es más alta que la otra.
A las dos soluciones no les gustará tener diferentes presiones osmóticas e intentarán igualarla. ¿Cómo? Si pierde agua (o cualquier otro solvente), su molaridad aumentará. Lo mismo sucederá si obtienes un soluto. Esas son las dos formas principales de igualar las presiones osmóticas: hacer que la solución hipotónica “done” solvente al hipertónico; y hacer que la solución hipertónica done soluto al hipotónico. Esta transferencia de disolvente de la solución hipotónica a la hipertónica se llama “ósmosis”; y la transferencia de soluto del hipertónico al hipotónico se llama “difusión”.
Estos dos procesos pueden suceder en nuestras células y provocar daños severos. Cuando la célula es hipotónica, pierde agua y se reduce debido a la disminución del volumen. Se llama plasmólisis. Cuando la célula es hipertónica, gana agua y su volumen aumenta. Se llama deplasmólisis. Si una célula es hipertónica por un tiempo prolongado, puede estallar debido a una ganancia excesiva de agua. Se llama plasmoptisis o citolisis.