Solo poca energía puede ingresar al cuerpo humano cuando se expone a ondas ultrasónicas. ¿por qué?

La premisa de la pregunta es bastante cualitativa.

La energía ultrasónica que ingresa a cualquier medio depende de varios parámetros, incluida la diferencia de impedancia acústica, es decir, la densidad y la velocidad del sonido en el medio y las características de la excitación sonora. La propagación del sonido también se atenúa significativamente en el tejido humano en comparación con metales como el acero suave.

Un ejemplo en el que la energía ultrasónica, en realidad no tan pequeña, se transmite y recibe del cuerpo humano se encuentra en el procedimiento de ultrasonido médico para estudiar el crecimiento del feto.