Cuando sabe que su pareja tiene dolor crónico y no le gusta que le pregunten al respecto, ¿es malo preguntar cómo se sienten por genuina preocupación?

Estoy de acuerdo con las otras respuestas presentadas aquí: si su pareja le ha dicho que prefiere que no se le pregunte sobre su nivel de dolor o cómo se siente, es desconsiderado que usted descarte descaradamente sus deseos.

Esto fue muy difícil de aceptar para el über-hub.

Debido a que mis síntomas físicos son muy variados en tipo y gravedad, a menudo es difícil para él decir qué duele y qué tan mal. Él realmente quiere saber, tanto porque realmente le importa como porque puede afectar las actividades que puedo hacer.

Hemos llegado a un compromiso y hemos creado un sistema a lo largo de los años que funciona para nosotros.

Preguntarme: “¿Cómo estás?” Está bien, no molesta y me da la posibilidad de elegir la cantidad de detalles que quiero entrar en ese momento.

Se dio cuenta bastante rápido de que cuando la respuesta es cortante “Bien”, especialmente con los dientes apretados, me siento como una mierda total de ovejas y no quiero hablar de eso.

Esto se ha convertido tanto en una broma interna como en una técnica de comunicación efectiva, por extraño que parezca.

En otras ocasiones, en realidad podría querer decirle exactamente cómo me siento, y también puedo hacerlo.

También utilizamos ropa de hogar como una metáfora de mi nivel de dolor.

Una toalla de mano significa que estoy teniendo un buen día: ¡los días de toallitas apenas duelen! Cuando es realmente malo, puedo decirle que estoy envuelto en un edredón de dolor y él obtiene las imágenes, es sofocante, abarcativo, y me estoy ahogando en él. En el medio hay toallas de baño, toallas de playa, mantas de tiro … te haces una idea.

De esta manera, no siento que me sigan hablando sobre mis síntomas, lo que puede parecer egoísta y como que lo estoy aburriendo. Es una taquigrafía que le dice lo que quiere saber en una oración o dos, y podemos seguir adelante.

Además, se ha vuelto muy hábil para leer mi lenguaje corporal y descubrir cómo me siento de eso.

Esto es algo que recomiendo que pruebes: prestar atención a las señales no verbales de tu ser querido cuando están sufriendo en comparación con cuando se sienten mejor.

Tal vez tiendan a desplomarse, encogerse de hombros o frotar la mancha que duele.

Hay mucho que puedes decir con solo observar.