Pon una generosa cantidad de sal sobre ella. Esto deshidratará a la sanguijuela, y debería caerse por sí mismo. Si es pequeño, puedes dejar que se llene y se despegará solo. Tenga en cuenta que el segundo método es mucho más arriesgado, ya que se vuelve susceptible a las infecciones, o una cantidad significativa de pérdida de sangre (las sanguijuelas pueden beber una cantidad sorprendente).
NO, repito, NO intentes nunca hacerlo a mano. Esto casi siempre dejará las mandíbulas atrapadas dentro de ti, lo que generalmente requerirá ayuda médica para eliminarlo, y es muy probable que dañes algo permanentemente o desarrolles una infección.