Mirar accidentalmente al sol (muchos niños lo hacen por pura curiosidad) no causa daños permanentes, porque el ojo tiene muchos reflejos protectores. Los accidentes agudos que ocurrieron se debieron a que las personas se obligaron a mirar durante un período de tiempo más largo, por ejemplo, para estudiar el eclipse solar sin vidrio protector.
Las enfermedades graves y crónicas relacionadas con el sol como las cataratas, la degeneración macular pueden ser causadas por la exposición a la luz intensa a largo plazo con alto espectro UV (varias horas diarias durante varios días) como áreas cubiertas de nieve en cielos despejados, en el mar o en el desierto.