Las células cancerosas no se someten a un tipo de muerte celular programada llamada apoptosis, durante la cual la célula utiliza productos químicos especializados para matarse. ¿Por qué es útil que nuestras propias células “se suiciden” en ciertas situaciones?

Las células son bastante resistentes, y hay muchas proteínas cuyo papel es reparar el daño que podría ocurrirle a la célula (p. Ej., Radicales libres, errores de replicación en el ADN, etc.). Sin embargo, estas proteínas y reacciones celulares requieren energía para funcionar.

En cierto punto en el tiempo, el daño a la celda supera con creces el costo de energía y recursos para solucionar el problema. En algunos casos, el daño es irreversible y la célula ya no contribuye al cuerpo mientras sigue utilizando los recursos. En ese punto, es más eficiente que la célula sufra apoptosis (también conocida como suicidio celular) que continuar existiendo.

Cuando las células se apotos, permite que las células circundantes usen los materiales de la celda anterior para seguir creciendo, por lo que se desperdicia muy poco cuando la vieja célula toma la decisión de reciclarse.