Suponiendo que la venta de ‘drogas recreativas ilegales *’ se legalice, ¿cómo organizaría su producción, distribución, venta y uso para minimizar el daño (para el usuario y la sociedad **), maximizar el disfrute, aumentar las ganancias y aumentar los ingresos fiscales?

La organización británica ‘Transform’ tiene un documento (bueno, digo documento, es realmente un libro) que detalla cómo podría ser un mercado de medicamentos regulado. Se llama ‘Después de la guerra contra las drogas: un plan para la regulación’
http://www.tdpf.org.uk/blueprint…

Cualquier cambio en este sentido debe hacerse gradualmente, o de lo contrario los capos de la droga recurrirán a otros delitos para sobrevivir. Llevará al menos una generación eliminar la prohibición de la mayoría de las drogas. Otros pueden seguir restringidos a compras autorizadas, como actualmente con productos farmacéuticos.

La regulación del mercado de las drogas debe comenzar con medicamentos más blandos, por supuesto, para los cuales el cannabis es un claro primer candidato. La despenalización del consumo primero, como lo ha hecho Portugal durante 12 años. Ventas restringidas en segundo lugar, como Uruguay acaba de aprobar. Y, finalmente, nunca permita que la producción y la distribución caigan en manos de grandes y poderosas corporaciones, como las actuales de licores, tabaco y alimentos.

Toda producción necesita ser regulada con el mismo nivel de rigor que con alimentos y productos farmacéuticos. Eso significa seguridad de consumo y ensayos clínicos. La publicidad debe estar muy restringida y prohibida de toda comunicación masiva. La regulación debe proteger a los pequeños productores a fin de fomentar la competencia y prevenir las instituciones democráticas de adelantamiento, particularmente interesantes. Uruguay ha tomado medidas en esa dirección, así como en algunos estados de los EE. UU.

Los impuestos deben ser lo suficientemente altos como para cubrir los costos adicionales con la rehabilitación, pero no demasiado altos como para promover la producción y el comercio ilegal.

Si fueran legalizados, operarían bajo los mismos principios económicos que otras drogas similares actualmente legales. Probablemente pueda comprarlos en tiendas similares a la forma en que actualmente se venden alcohol y tabaco. Si resultaba posible, quizás los bares o los establecimientos por separado vendan estos nuevos medicamentos a precios inflados para uso público.

Es de suponer que las jurisdicciones que tienen prohibiciones de fumar tabaco aplicarían la misma lógica para prohibir fumar en otro lugar.

Es un poco difícil decir qué nuevas leyes podrían desarrollarse para las drogas inyectables ya que actualmente no tenemos un análogo de una droga inyectable recreativa popular.