Sí, esto es perfectamente normal, se debe a la dominancia ocular o un desequilibrio en los sistemas musculares que controlan el movimiento ocular.
Mientras mira algo al otro lado de la habitación, cubra cada ojo individualmente, repita esto unas cuantas veces y vea si puede decir cuál de ellas produce una imagen estable y qué ojo debe cambiar para enfocarse en el objetivo.
El ojo que mira directamente al objetivo y no se mueve es su ojo dominante.