Los médicos y los científicos rara vez hacen esta afirmación. Para darle una idea, me pidieron que hablara en una conferencia SMSNA (sábado, 21 de noviembre de 2015). Querían que debatiera el lado “estafa” contra un modelo de “adicción al porno”. No pudieron encontrar ningún científico dispuesto a discutir el lado “pro”, por lo que el debate fue cambiado a una charla.
Estimo que el 90% de los estudios con nuevos datos publicados en películas de sexo siguen siendo asociativos (El Emperador no tiene ropa: una revisión del modelo de ‘Adicción a la pornografía’). Lo que eso significa es que no tienen idea de si las películas de sexo que se vean causan la asociación informada.
Además, es raro que las personas vean películas de sexo sin masturbarse. Esto significa que la investigación debe controlar la masturbación, o no pueden atribuir ninguna asociación a las películas de sexo (es decir, podría ser la masturbación misma como películas de sexo). Aún no he visto ningún estudio que haga esto. En mis estudios, controlamos el deseo sexual, que al menos está fuertemente asociado con las tasas de masturbación. Cuando lo hacemos, los efectos siempre han sido atribuibles a las diferencias de impulso sexual, no a la visualización de películas sexuales. No somos el único laboratorio en encontrar esto (por ejemplo, Excitación Sexual y Frecuencia de Actividad Sexual: Implicaciones para Comprender la Hipersexualidad), pero pocos científicos se molestan en incluir esta covariable esencial.