¿Qué pasa con las células cerebrales muertas?

Depende de cómo mueren. Si la muerte está controlada, se destruyen por vías apoptóticas que implican la liberación controlada de enzimas catabólicas que luego se alejan en el torrente sanguíneo. Si la muerte es repentina y las enzimas no controladas liberadas por los lisosomas y otras estructuras celulares provocan una necrosis licuefactiva en la que el tejido adquiere un aspecto parecido al de un lirio y se aleja del torrente sanguíneo.