Diferentes personas tienen diferentes interpretaciones para esta respuesta. La muerte clínica ocurre cuando el corazón deja de latir y la respiración cesa. En muchos casos, estas personas resucitan exitosamente con déficits residuales mínimos, si es que tienen alguno.
La muerte total implica una desconexión completa, o en parte parcial, entre el corazón y el cerebro. En ocasiones, se produce daño cerebral irreversible o la actividad cerebral cesa pero la persona afectada aún respira. Por lo general, esto se hace con ayuda de un ventilador mecánico de algún tipo. En la mayoría de los casos, una vez que se retira el respirador, la persona no sobrevivirá por mucho tiempo porque la parte del cerebro que controla la función respiratoria se ve afectada. Estos son casos de lo que podría considerarse una muerte total.