Porque el estómago nos da los sentimientos viscerales. El sistema nervioso de nuestro tracto gastrointestinal hace muchas más cosas que solo digerir nuestros alimentos. Aunque este segundo cerebro no ayuda en funciones superiores, como el aprendizaje y el procesamiento del pensamiento, sí influye en nuestro estado de ánimo al afectar nuestro primer cerebro. Existe una autopista expresa entre nuestro primer y segundo cerebro.
Hay una gran cantidad de neuronas incrustadas en nuestros tubos de intestino. Estas neuronas nos permiten sentir nuestro mundo interior. Podemos sentir lo que está pasando adentro. El sistema nervioso entérico tiene sus propios reflejos independientes del cerebro. Nuestros hábitos intestinales están controlados por él en lugar de por nuestro primer cerebro. Agregando a ello, de acuerdo con el estudio, gran parte de nuestras emociones están influenciadas por nuestro intestino. Esto podría ser demostrado por la sensación de hundimiento que tienes en el estómago cuando te sucede algo horrible.
Dicho esto, aún hay mucho por descubrir sobre este misterioso segundo cerebro.
