Beber tu propia orina y comer tu propia caca es perfectamente seguro. La orina es estéril, la caca no lo es, pero son tus propios insectos.
En teoría, la ingestión de sus propias heces no debería ser dañina, siempre y cuando “limpie” (es decir, no esté contaminada con heces de otros, como podría ocurrir por contacto en el inodoro, etc.). Además, puede haber un beneficio de salud menor teórico al hacerlo. Las bacterias en el colon pueden metabolizar materiales alimenticios no absorbidos (fibra) y generar nutrientes útiles (por ejemplo, vitaminas como biotina o azúcares y aminoácidos de fibra y otros materiales no digeridos) que se absorben solo parcialmente durante la producción inicial, el resto se excreta con el taburete. La recaptación de estos nutrientes por la ingestión de heces daría una segunda oportunidad para la absorción en el intestino.