Ambos. También espero. Durante 2015 recibí la sangre donada por al menos 38 personas. Nunca puedo agradecer lo suficiente a esos perfectos extraños por darme los tres.
Sin su generosidad, mi vida podría haber llegado a un final inesperado. Entonces creo que no importa cómo lo digas. Es la máxima bondad.