Porque a través de la ayuda de tus párpados, impides que la luz entre en tus ojos y pase a la retina, que contiene terminaciones nerviosas que son sensibles a la luz. Cuando se excitan, envían señales nerviosas al cerebro, que a su vez las interpreta como imágenes.
Pero cuando tiras de las cortinas, todo entra en tinieblas. A menos que te encuentres frente a una luz brillante, cuando puedas ver el color rojo de la cortina, esto se debe a que tus párpados son ricos en vasos sanguíneos, y en realidad estás * viendo * a través de tus párpados, viendo el color de tu propia sangre.