Los niveles de glóbulos blancos se prueban en recién nacidos al extraer un conteo sanguíneo completo (CBC). El CBC también evalúa otros tipos de células, incluidos los glóbulos rojos, la hemoglobina y las plaquetas, así como los niveles de cada tipo de glóbulo blanco. Para verificar un CBC en un recién nacido, se punciona la piel del talón con una lanceta y se toma una pequeña cantidad de sangre para analizarla. El CBC muestra si el recuento de glóbulos blancos es alto y qué tipos de glóbulos blancos están elevados.
ENFERMEDAD MATERNA
Un bebé puede nacer con un alto recuento de glóbulos blancos, también llamado leucocitosis, si su madre está enferma durante el embarazo y la infección se transmite. La corioamnionitis es una infección del líquido amniótico y las membranas que rodean al feto. La corioamnionitis causa dolor abdominal y fiebre en una madre embarazada y puede provocar un parto prematuro. Un bebé nacido de una madre con corioamnionitis puede tener leucocitosis si nace con una infección y su cuerpo está tratando de luchar contra las bacterias invasoras.
INFECCIÓN
La leucocitosis del recién nacido puede estar relacionada con la infección que desarrolla un bebé después del nacimiento. La afección se observa con más frecuencia entre los bebés que nacen prematuramente con menos de 36 semanas de gestación. La infección puede afectar a cualquiera de los sistemas del cuerpo, y pueden desarrollarse otras manifestaciones que están directamente relacionadas con los órganos implicados. Por ejemplo, un bebé recién nacido con infección gastrointestinal puede tener un aumento en el conteo de glóbulos blancos, distensión abdominal y diarrea.
CONSIDERACIONES
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La resolución de la leucocitosis en el recién nacido implica tratar la infección subyacente, y los médicos generalmente recetan antibióticos. Aunque un bebé puede responder a la medicación y los síntomas de la enfermedad pueden disminuir, el recuento de glóbulos blancos puede tardar más en volver a la normalidad. Un recuento elevado de glóbulos blancos no es el único indicador de infección en un recién nacido. Los médicos deben observar la historia del bebé y evaluar la presencia de otros síntomas para verificar que el recién nacido tenga una infección antes de administrar el tratamiento.
