Los míos tampoco están perfectamente combinados. Tampoco lo son mis ojos, manos, pies, piernas, brazos, básicamente nada de lo que tenga dos, y tal vez mis riñones, pulmones, nalgas.
Me gusta pensar que esto me permite tener un enfoque diferente en la vida, porque sí, en efecto, una de mis piernas es más corta que la otra, lo que puede ser el motivo por el que a menudo me han llamado “engreído”.