Se usan para:
- protección contra la pérdida auditiva cuando el ruido, el sonido o el volumen son más altos, por ejemplo, si trabaja en una fábrica que fabrica automóviles y metales, lo que produce mayor ruido y volumen;
- protección contra ciertos sonidos de frecuencia, como locomotoras diesel, tractores pesados o aeródromos;
- para dormir bien, por ejemplo, vives cerca de una estúpida iglesia pentecostal o protestante que toca un sonido alto en el vecindario;
- si sus protectores de oídos son acústicos, en contra de los ruidos producidos en los sitios de construcción;
- si tus protectores auditivos son térmicos, entonces contra los ambientes fríos, para mantener los oídos calientes.