¿Qué ocurre cuando las células mueren?

Una célula puede morir de muchas maneras: por infección, envenenamiento, sobrecalentamiento o falta de oxígeno. Una muerte incontrolada es desordenada: la célula se hincha y su contenido se escapa. Esto puede dañar las celdas circundantes.

Las células mueren de manera no planificada cuando se exponen a una variedad de agentes ambientales dañinos. Estos incluyen eventos químicos y físicos, o “insultos”, y varían desde radiación, calor, sustancias tóxicas, trauma corporal o lesiones y falta de oxígeno. Las células lesionadas se hinchan, estallan, derraman su contenido y hacen que las células circundantes reaccionen a la defensiva. Esto a menudo implica inflamación y la llamada de células inmunes especializadas para tratar la limpieza y el aislamiento del tejido dañado.

La apoptosis es lo opuesto a la muerte celular no planificada: es una muerte cuidadosamente ejecutada de una determinada célula, a veces conocida como “muerte celular programada” o “suicidio celular”. Esta capacidad de morir bajo órdenes está codificada en el genoma humano y en otras organismos también. Según el Colegio de San Benito y la Universidad de San Juan, la apoptosis se usa para mantener el número de células en un organismo en un determinado nivel específico, para permitir que el organismo cambie rápidamente, como durante el desarrollo embrionario y para matar células dañinas. .

Una vez que la célula se suicida, sus genes que controlan el proceso de degradación se activan. Se condensa y descompone su núcleo, ADN y citoplasma. Las células inmunes llamadas fagocitos, cuyo trabajo consiste en eliminar el material no deseado del organismo, envuelven el material celular restante y lo descomponen. Las enzimas especializadas llamadas caspasas también ayudan en el proceso de descomposición, lo que ayuda a desmontar la célula de forma controlada.

Cuando las células no experimentan una apoptosis fiable, pueden surgir problemas como el cáncer. El cáncer es un proceso de crecimiento incontrolado de ciertas células en el cuerpo de las personas afectadas. Según Siva Kumar Kolluri de la Oregon State University, ciertas proteínas regulan la apoptosis, pero cuando no funcionan como deberían, las células no mueren. Sin embargo, si los investigadores pueden aprender a desencadenar la apoptosis en las células cancerosas, pero permiten que las células normales sigan creciendo, es posible que puedan combatirla de manera más efectiva.