No hay una respuesta general que abarque todos los órganos vestigiales humanos.
Algunos de ellos no tienen ninguna función en absoluto. Por ejemplo, muchos mamíferos tienen pequeños músculos auricularis asociados con cada oído, con una rama nerviosa separada para cada músculo, y los utilizan para apuntar las orejas como platos de radar para captar mejor los sonidos, para mover las orejas para sacudir las moscas. Los humanos todavía tienen los músculos auriculares y sus nervios, pero son completamente inútiles para nosotros.
El cóccix humano, por el contrario, es un vestigio de los huesos de la cola de los mamíferos (vértebras caudales), lo que indica nuestra ascendencia de los mamíferos de cola. Este es un órgano vestigial, que significa un remanente reducido de una estructura ancestral, pero no es inútil. Ha sido reutilizado para servir como un importante punto de conexión para los músculos del piso pélvico que soportan nuestros órganos abdominopelviales.
El apéndice humano también es un órgano vestigial, pero todavía tiene un propósito importante como fuente de linfocitos (células inmunes). Las personas con apendicectomías tienen una incidencia levemente mayor de cáncer, tal vez debido a la pérdida de este pequeño pero significativo grado de protección inmune.
El cabello de las extremidades y el torso humanos es vestigial, pero aún cumple una función sensorial, lo que nos permite estar al tanto de cosas como una hormiga o una pulga que se arrastra por la piel.
Volviendo a su pregunta, no hay una “función principal”, sino una variedad de funciones y, a veces, ninguna función.