Este maravilloso regalo que Dios nos ha dado de Tinnitus nos permite saber que … sí, puedes oír … pero no lo suficientemente bueno.
El primer regalo de sordera que recibí fue la liberación del tinnitus.
El segundo regalo de la sordera fue el conocimiento de que mi liberación del tinnitus ¡ERA mi sordera!
En resumen, por muy doloroso que sea, disfrútelo … bienvenido … antes puede ser el último. Cuando el tinnitus lo deje, también lo hará su audición.