Hay dos maneras de ver la “inmunidad natural”. Primero, preguntamos si hay personas que han tenido Ebola (o que han estado expuestas al virus del Ébola sin desarrollar una enfermedad manifiesta) y que han desarrollado inmunidad contra esa infección para infecciones futuras. Hay dos líneas de evidencia de que esto ocurre. Como anécdota, las personas que han sobrevivido a la infección del ébola no vuelven a contraer la enfermedad. Además, muchos en África occidental pueden ser inmunes al virus del Ébola porque tienen anticuerpos contra la enfermedad sin ningún historial de enfermedad del Ébola. Los científicos postulan que estuvieron expuestos a una pequeña cantidad de virus de tal manera que su respuesta inmune fue capaz de responder a tiempo antes de que desarrollaran síntomas que son reconocibles como la infección por Ebola. O pueden tener otros factores biológicos, además de la inmunidad, que atenuaron su infección mientras desarrollaban inmunidad y eliminaban el virus.
Entonces, en segundo lugar, preguntamos si hay evidencia de personas con “resistencia natural”. Por ejemplo, el VIH, donde ciertas mutaciones en la superficie celular evitan que el virus tenga acceso a las células. Pero no hay evidencia de que algunas personas no puedan infectarse con Ébola. La mayoría de las personas expuestas al ébola desarrollan la infección o se produce la inmunoconversión (producción de anticuerpos). Sin embargo, existe evidencia en ratones de que los genes que controlan la permeabilidad vascular (la capacidad del fluido para salir de los vasos sanguíneos) pueden afectar si los animales desarrollan síntomas hemorrágicos (sangrando) o no. Por lo tanto, parece posible que algunas personas no desarrollen síntomas letales y que su sistema inmunitario pueda eliminar la infección.
En este momento, la mayoría de estas son hipótesis o solo parcialmente entendidas. Se deben recopilar más datos, por ejemplo, qué nivel de inmunidad es protector y qué otros genes podrían estar implicados en la susceptibilidad en humanos.