Para que conste:
Dolor
Una desagradable experiencia sensorial y emocional asociada con daño tisular real o potencial, o descrito en términos de tal daño.
Nota: La imposibilidad de comunicarse verbalmente no niega la posibilidad de que una persona experimente dolor y necesite un tratamiento adecuado para aliviar el dolor. El dolor siempre es subjetivo Cada individuo aprende la aplicación de la palabra a través de experiencias relacionadas con lesiones en la vida temprana. Los biólogos reconocen que aquellos estímulos que causan dolor pueden dañar el tejido. En consecuencia, el dolor es esa experiencia que asociamos con daño tisular real o potencial. Es incuestionablemente una sensación en una parte o partes del cuerpo, pero también es siempre desagradable y, por lo tanto, también una experiencia emocional. Las experiencias que se asemejan al dolor pero que no son desagradables, por ejemplo, el pinchazo, no deben llamarse dolor. Las experiencias anormales desagradables (disestesias) también pueden ser dolorosas, pero no necesariamente porque, subjetivamente, pueden no tener las cualidades sensoriales habituales del dolor. Muchas personas informan dolor en ausencia de daño tisular o una posible causa fisiopatológica; generalmente esto sucede por razones psicológicas. Por lo general, no hay forma de distinguir su experiencia de la debida a daño tisular si tomamos el informe subjetivo. Si consideran su experiencia como dolor, y si lo informan de la misma manera que el dolor causado por el daño tisular, debe aceptarse como dolor. Esta definición evita atar el dolor al estímulo. La actividad inducida en el nociceptor y las vías nociceptivas por un estímulo nocivo no es dolor, que es siempre un estado psicológico, a pesar de que podemos apreciar que el dolor con mayor frecuencia tiene una causa física próxima. [énfasis mío]
- de la taxonomía IASP de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) – IASP