Nuestros glóbulos rojos (y algunos tejidos) tienen sustancias químicas llamadas antígenos en su superficie y la capacidad de formar estos antígenos se rige por genes heredados de los padres. El patrón de genes que tenemos se llama genotipo y la forma en que se expresa se llama fenotipo. Es el genotipo (composición genética) el que decide cuál será el grupo sanguíneo (fenotipo).
En el sistema ABO hay tres alelos (un miembro de un par o una serie de genes que ocupan una posición específica en un cromosoma específico): Ia – que produce el antígeno A, Ib – que produce el antígeno B y Io – no produce antígeno. IA e IB son co-dominantes, es decir, si ambos alelos están presentes, ambos antígenos (A y B) se formarán en la superficie de los glóbulos rojos y el individuo tendrá el grupo sanguíneo AB. Io es recesivo y no produce antígeno y, por lo tanto, un individuo tendrá grupo sanguíneo O si dos de estos alelos están presentes. La composición genotípica puede tener 6 posibilidades que dan como resultado los siguientes fenotipos:
Ia Ib – AB, Ia Ia – A, Ia Io – A, Ib Ib – B, Ib Io – B e Io Io – O
Grupo sanguíneo de padres
Grupo sanguíneo de niño
A y A
¿Qué piensan los fisiólogos de sus hijos?
¿Los niños obtienen el mismo grupo sanguíneo de un padre?
¿Te has preguntado por qué tus padres te lastimaron a propósito?
A, O
A y B
A, B, AB, O
A y AB
A, B, AB
A y O
A, O
B y B
B, O
B y AB
A, B, AB
B y O
B, O
AB y AB
A, B, AB
AB y O
A, B
O y O
O
Sin embargo, mi consejo para usted es que los grupos sanguíneos de los padres y los niños vuelvan a someterse a pruebas en un laboratorio confiable y de calidad garantizada antes de especular o llegar a una conclusión.