Piense en la esclerótica como la “piel” del ojo. Cubre la mayor parte del globo y protege las delicadas partes internas del ojo (como la retina, el cristalino, la capa de vasos sanguíneos, etc.). La esclerótica también sirve como sitio de unión para varios músculos oculares (que le permiten mover el globo ocular hacia arriba y hacia arriba / abajo) y para la conjuntiva (el tejido que cubre la parte frontal y visible del ojo). La esclerótica también tiene una abertura en la parte posterior, que permite que el nervio óptico se “conecte” con la retina, sin la cual las señales visuales no podrían llegar al cerebro, donde realmente vemos. En pocas palabras: sin la protección y el apoyo de la esclerótica, no habría ojos y no podríamos ver.
(Lo anterior es una explicación simplificada para el lego)